Las casualidades existen.

Llega un día en el que te levantas con todas las ganas del mundo de empezar el día, TU día. Sabes que él va a estar ahí dispuesto a hablarte o dispuesto a contestarte. En cualquier circunstancia sabes de sobra que él está ahí. Sin embargo puede que en ese momento puedan cambiar las cosas, que de repente la vida de un giro de 360 grados y que tú no puedes hacer nada por remediarlo, que la vida sigue y que, por desgracia, por cada kilómetro que os separa te pasas una noche sin dormir. Esos giros bruscos no son siempre buenos, y menos cuando se tratan del corazón. Y ahora es cuando yo me pregunto: ¿Y si no hubieras seguido la conversación desde un primer día? ¿Qué hubiera pasado? ¿Y si las cosas hubieran sido de forma diferente desde el primer día? Muchas veces tenemos tanto en la cabeza funcionando para resolver las dudas que no nos damos cuenta de que la respuesta es siempre la más sencilla. Cuando estás mal la respuesta no es la más mejorada, las cosas puede que sucedan porque sí. Puede que las casualidades existan y que todo ésto haya sucedido por una simple casualidad, o que tal vez los dos estemos aquí por algo en concreto. Nadie puede resolver esas dudas, pero solo sé que cuanto más busquemos respuesta a una simple pregunta, con el tiempo, más preguntas vendrán a la cabeza queriendo más y más respuestas. En cualquier caso, si es una casualidad o no, sé que has llegado por algún motivo. Todos sabemos que la vida tiene un principio y, por desgracia, tiene que tener un final, pero ¿por qué nadie habla de lo que hay por medio? En el fondo, cuando viene la parte más interesante de nuestra vida, de donde más tenemos que contar viene de ahí, de todo lo que nos sucede desde que nacemos hasta que morimos. Es nuestra vida en sí. Cuando nacemos empezamos con nuestra vida, y cuando morimos ya hemos formado una familia nueva. Así que, con la juventud nos toca investigar, experimentar y seguir viviendo para más tarde formar una familia y puede que las casualidades de nuestras vidas actúen en este tramo. Año tras año estamos aprendiendo cosas nuevas, estamos aprendiendo a ganar, perder, sufrir y sobretodo vivir.